Max Born, el físico que creía que «Dios juega a los dados» (video)

Según la ABC de España, Max Born, creador del principio de incertidumbre, mantuvo una amplia correspondencia con Einstein en la que ambos mostraban sus discrepancias sobre los principios de la mecánica cuántica.

Max Born dejó huella en la relatividad, la física química, la óptica o la elasticidad. Fuente: Wikimedia

Son muchos los estudiantes de física que acuden al cementerio de Gotinga, en Alemania, para visitar la modesta tumba de Max Born (1882-1970), uno de los padres de la física cuántica. Es una tradición. Enterrado junto a otros grandes genios de la Ciencia como Hilbert, Planck, Weber, von Laue o Nernst, su austera lápida lleva inscrita su más famosa ecuación, el principio de incertidumbre, que viene a decir que es imposible predecir cuál es la posición o la velocidad de una partícula, pero sí la probabilidad de encontrarla en un determinado lugar. Por sus aportaciones en mecánica cuántica, Born recibió el Premio Nobel en 1954 .

El 11 de diciembre de 2017 en el 135 aniversario de su nacimiento, el gigante tecnológico Google le hizo un homenaje personalizando su famoso doodle. Y lo ha hecho dibujando virtualmente a Max Born sumergido entre fórmulas de mecánica cuántica. Un homenaje con el que, así, Google recuerda mundialmente a uno de los grandes de la Ciencia.

Max Born, segundo por la izquierda – Wikimedia

Uno de los aspectos más interesantes de la vida de este físico fue la correspondencia que mantuvo durante muchos años con Albert Einstein, en la que, a pesar de la amistad y complicidad que ambos mostraban en sus escritos y que no les abandonó durante cuarenta años, quedaban patentes sus profundas discrepancias en cuanto a la naturaleza de la física. Las ideas de Max Born eran opuestas a las de Einsten.

Precisamente, en una de esas cartas aparece una famosa frase de Einstein que emplearía en más de una ocasión. En la carta a Max Born la utiliza para criticar la teoría cuántica, con la que no estaba de acuerdo: «En nuestras perspectivas científicas nos hemos vuelto antípodas. Usted cree en un Dios que juega a los dados, y yo, en la ley y el orden absolutos en un mundo que existe objetivamente, y que trato de comprender de una forma frenéticamente especulativa (…). Ni siquiera el gran éxito inicial de la teoría cuántica me hace creer en un juego de dados fundamental, aunque soy consciente de que sus jóvenes colegas interpretan esto como un síntoma de debilidad».

«Prefiero ser zapatero»

Max Born admitía con franqueza esas diferencias cuando escribía sobre esas disputas científicas: «Se trata, en realidad, de una diferencia fundamental en la concepción de la naturaleza», decía. Y Einstein, con su agudo ingenio, escribía a su colega cosas como estas: «Me resulta intolerable la idea de que un electrón expuesto a la radiación pueda escoger a su antojo el momento y la dirección del salto. Si así resultara, finalmente preferiría haber sido zapatero remendón, o incluso empleado de un casino, antes que físico».

Más allá de las cuestiones científicas, quizás hay algo que no muchos conozcan sobre Max Born. Es el abuelo de la actriz Olivia Newton-John, la protagonista de la inolvidable película «Grease» (1978). Sin duda había algo cuántico en su último número de baile.

Olivia Newton-John

El principio de incertidumbre

«En el principio de incertidumbre tiene profundas aplicaciones sobre el modo que tenemos de ver el mundo. Marcó el final del sueño de Laplace de una teoría de la ciencia, un modelo del universo que sería totalmente determinista: ¡ciertamente, no se pueden predecir los acontecimientos futuros con exactitud si ni siquiera se puede medir el estado presente del universo de forma precisa!

Aún podríamos suponer que existe un conjunto de leyes que determina completamente los acontecimientos para algún ser sobrenatural que podría observar el estado presente del universo sin perturbarlo. Sin embargo, tales modelos del universo no son de demasiado interés para nosotros, ordinarios mortales. Parece mejor emplear el principio de economía conocido como «cuchilla de Occam» y eliminar todos elementos de la teoría que no puedan ser observados.

Esta aproximación llevó cn 1920 A Heisenberg, Erwin Schrôdinger y Paul Dirac a reformular la mecánica con una nueva teoría llamada mecánica cuántica, basada en el principio de incertidumbre.

En esta teoría las partículas ya no poseen posiciones y velocidades definidas por separado, pues éstas no podrían ser observadas. En vez de ello, las partículas tienen un estado cuántico, que es una combinación de posición y velocidad. Hawking, Stephen, Historia de Tiempo pag. 83-84

«En general, la mecánica cuántica no predice un único resultado de cada observación. En su lugar, predice un cierto número de resultados posibles y nos da las probabilidades de cada uno de ellos. Así pues, la mecánica cuántica introduce un elemento inevitable de incapacidad de predicción, una aleatoriedad en la ciencia.» Hawking, Stephen, Historia de Tiempo pag. 88

Referencias:

PD: no confundir Max Born con Neils Born

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